Desenmascarados

Desde aquí puedo ver la droga que nos persigue últimamente...
Veo a una gimnasta que al caer mal se ha hecho daño, mucho daño, pero cuando su entrenador la mira sonríe se pone seria y vuelve a saltar. Veo a una mujer sola y desgraciada, que cuando le preguntan como está, hace de su vida algo maravilloso, y todos parecen quedarse tranquilos. Veo a un niño que corre rápido hacia el salón para ver  a su padre que le aparta indiferente,y su madre va le abraza y le escusa con un : cariño, tu padre está muy cansado. Veo a una pareja paseando, veo como ella le mira enamorada, y el, no hace otra cosa que mirar a otras.
FINGIR, eso es lo que nos alimenta. Porque estamos ciegos, nos quedamos con la capa superior de la escena y no vemos más allá.
No vemos la cara de dolor de la gimnasta al intentarlo de nuevo. Tampoco vemos que ésa mujer de vida perfecta se esconde en la bebida para no darse cuenta de su miseria. Ni la lágrima que derrama esa madre, cuando su marido por culpa de la droga está perdiéndolo todo,incluso  a su hijo. O como esa enamorada finge una sonrisa para hacerse creer a ella misma que todavía queda algo del hombre que la enamoró...
Si, fingir parece lo más sencillo pero ¿De verdad merece la pena? La vida es de uno mismo, no de otros y el tiempo no hace excepciones, pasa. A lo mejor sería hora de quitarnos el peso de esa máscara y empezar a vivir como uno realmente quiere hacerlo.